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"Fuimos escogidos por Dios para estar junto a él"

"Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él". Efesios 1:8

En este día especial para todas las mamás, queremos aprovechar para saludarles en su día deseando que sea nuestro amado Padre celestial el que las bendiga, capacite y utilice en esta tarea tan significativa y con tanta responsabilidad. En nombre de toda nuestra familia a la distancia geográfica pero unidos en un mismo Espíritu, les deseamos un ¡Muy Feliz Día!.

Continuamos deleitándonos en esta serie tan importante en la que como cuerpo nos hemos desafiado a ver qué es la santidad y de qué manera nos toca a cada uno de nosotros.

Por medio de diferentes maneras, tanto en las reflexiones como en las prédicas, hemos visto la definición de santidad, su origen y esencia divina en la persona de Dios.

La santidad de Dios es una de las características más significativas de su persona. A lo largo de diferentes manifestaciones en la Palabra de Dios acerca del mundo celestial, vemos la gloria de Dios en todo su esplendor exaltando su santidad, su poder y su autoridad.

El pasaje del apóstol Pablo a los efesios nos ilumina tremendamente en entender que no estamos en este mundo como producto de un accidente, sino más bien todo lo contrario, que somos hechura suya con un propósito bien definido, el ser apartados para Dios.

Si bien este pasaje junto a otros más tienen que ver y son parte de la reflexión teológica acerca de la predestinación, no queremos detenernos a focalizarlo como objeto de estudio en esta reflexión, sino mas bien ver la importancia y la relevancia que tiene en nuestras vidas.

Dios es Dios, creador y sustentador de todo lo que existe, aún de nuestras vidas. Ninguno de nosotros estamos en este mundo porque sí, hemos sido creados por las manos de Dios desde los primeros instantes de nuestras vidas en el seno de nuestras madres.

Pero no solo eso, precisamente porque Dios es Dios y todo lo sabe y todo lo puede, él ya sabía aún desde antes de crear este mundo quién le iba a responder y a ser apartado para él.

Cuando nos remontamos a los orígenes del mundo, nos vamos a encontrar con un sin número de explicaciones y razonamientos acerca de cómo se creó el mismo. Encontraremos todo tipo de evidencias: bíblicas, científicas y arqueológicas; que nos dan un poco de luz en lo que fue este espectacular acontecimiento.

Miremos la evidencia y la teoría que miremos, en todas veremos lo sobrenatural y majestuoso en el proceso creacional. Y si bien tampoco es nuestro objeto de estudio ver los procesos que tuvieron que ver con la creación de este mundo, sí queremos sobresaltar la autoridad y la soberanía de Dios en el proceso creacional.

Aunque muchas teorías de la creación difieren de la expresada en la Palabra de Dios, nosotros queremos no solo someternos a creer que Dios fue el autor y el creador, sino que también la sostiene por el poder de su palabra.

Pero el apóstol Pablo nos lleva aún más atrás a todo este tiempo, ya que dice que antes de la fundación de este mundo Dios nos había escogido, apartado, separado para él.

Cuando la fe confirma esto en nuestras vidas, todo cambia de color y de perspectiva en nosotros.

El privilegio de una invitación a participar de la gloria de Dios no es para todos, sino solo para aquellos que han decidido por voluntad propia vivir lejos del pecado para vivir una vida apartada para Dios.

Lo que nos separa de la gloria de Dios es el pecado, aquella rebeldía de creer que no necesitamos de Dios y que podemos valernos por nosotros mismos. Éste fue el problema de Adán y Eva y el problema de cada ser humano frente a la propuesta de Dios.

Frente a este grave problema que nos separaba de Dios y de su gloria, aparece la esperanza para la humanidad en la encarnación de Cristo Jesús, quien viene a este mundo con un solo propósito, el de redimir nuestras vidas para que podamos restablecer la comunión con el creador.

Fue la sangre preciosa que fluyó de la cruz la que nos limpió y nos abrió el camino para poder estar en la presencia de Dios.

Nadie puede entender que ante semejante invitación, muchos escojan el despreciar el regalo de Dios y continuar viviendo vidas tristes, huecas, efímeras y sin ninguna esperanza.

No fuimos creados para vivir vidas chatas, irrelevantes y sin sentido. Mas bien fuimos creados por Dios y separados para él para mostrar por doquier la gloria de Dios y su amor en cada momento, tiempo y lugar.

Quizás gozando en este mundo lo que será la manifestación de la gloria divina en su máximo esplendor por toda la eternidad.

Será nuestra representación la que muchos tendrán como muestra para acercarse a Dios, de allí la importancia a vivir vidas santas, limpias, puras, de una sola esencia, sin doblez, sin mancha; para que nuestro mensaje sea respaldado por cada una de nuestras acciones.

Sin duda que fue, es y seguirá siendo un tremendo reto el poder hacerlo, pero solo así podremos decir que Jesucristo es el Señor en nuestras vidas y guiar a otros a sus pies.

Jesús dijo, he aquí yo estoy con vosotros y en vosotros todos los días. No tenemos excusa alguna para decir que no podemos llevarlo a cabo.

Que su gracia eterna que nos separó y apartó para él, nos siga capacitando para llevar su gloria a cada rincón de este mundo hasta que él venga.

Rev. Daniel A. Cali

Pastor

May 10, 2015


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